22 dic 2017

El primer indignado

Los romanos no crucificaban a judíos desarmados. En el caso de Jesús, sólo dos de los diez posibles delitos que llevaban a la cruz pudieron ser considerados: sublevación popular y delito de lesa majestad. El grupo liderado por Jesús eran gente armada y, por ello, el galileo fue condenado por la autoridad romana a mors aggravata; esto es, a morir en la cruz -por delito de sedición- (1). Santiago, hermano de Jesús, sería también ejecutado el año 62. ¿Pero cómo eran los mítines o arengas de aquel revolucionario que apelaba a la insurrección? Al lector no metafísico le basta con acudir a las Escrituras para, dejando de lado los acontecimientos salvíficos, obtener una posible recreación que de inmediato permite comprender por qué fue detenido y condenado a muerte:
 
“Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los que padecen persecuciones, porque de ellos será el reino de los cielos” (Mt. 5). "Venid en pos de mí y os haré pescadores de hombres" (Mc. 1, 17). 
 "No penséis que he venido a poner paz en la tierra; no he venido a poner paz sino espada” (Mt. 10, 34). ¿Veis todo esto? No ha de quedar aquí piedra sobre piedra que no sea demolida (Mt. 24). “En verdad os digo que difícilmente entra un rico en el reino de los cielos; que es más fácil que un camello entre por el ojo de una aguja que un rico entre en el reino de los cielos" (Mt. 19, 23), pues "no es posible servir a Dios y a las riquezas” (Mt. 6). “¡Ay de vosotros, ricos, porque habéis recibido vuestro consuelo! ¡Ay de vosotros; los que ahora estáis hartos, porque tendréis hambre! ¡Ay de vosotros los que ahora reís, porque gemiréis y lloraréis!” (Lc. 6, 24). "No ha de pasar más de una generación antes de que todo esto se cumpla" (Mt. 24, 34). "Los últimos serán los primeros y muchos primeros serán los últimos" (Mc. 10, 31).
 “Quien tenga dos túnicas, dé una al que no la tenga, y el que tenga alimentos haga lo mismo" (Lc. 3, 11). "Y ahora, el que tenga bolsa, tómela, e igualmente las alforjas, y el que no la tenga, venda su manto y compre una espada. Porque os digo que ha de cumplirse en mí esta escritura: “Fue contado entre los malhechores!” (Lc. 22, 36). "Bienaventurados aquellos que no se escandalicen de mi" (Mt. 11, 6).

1-. El galileo armado; José Montserrat Torrents

1 comentario:

  1. Resulta impactante leer estas frases dichas por Jesús. Muy interesante. Un saludo

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